Podemos dividir a los escritores en dos grandes grupos. Aquellos que miran al pasado, describen lo sucedido (con furia o melancólica añoranza) y aquellos que aciertan a atisbar (no siempre con exactitud o acierto) lo que llamamos presente o lo que está por llegar.
En este último grupo tenemos a autores como Kafka cuyas obras se
asoman al borde del precipicio. Pero ahora hablaremos del primer grupo,
de los autores que reflexionan sobre el tiempo que se escapa y lo que de
él permanece. Un buen ejemplo es Stefan Zweig de quien es
habitual mencionar su mirada a un mundo que se desvanecía ante sus
propios ojos, sacudido por unos cambios que le sobrepasaron.
Otro ejemplo admirable es el de Giuseppe Tomasi di Lampedusa,
quien supo reflejar en una única novela toda la decadencia y declive de
una sociedad en la que la nobleza aún se asentaba en la parte más alta
de la jerarquía social.
La obra de Miklós Bánffy puede ser su equivalente en la literatura húngara, tan ajena y desconocida en nuestra lengua. En su Trilogía Transilvana
retrata la degeneración y caída de la nobleza húngara, víctima a partes
iguales de las circunstancias históricas y de sus propios vicios y
defectos. Libros del Asteroide ha publicado esta trilogía cuya primera novela (Los días contados) da buena cuenta desde su propio título de la filosofía de la obra.
Miklós Bánffy |
Pero entremos ya en estos días contados que, según la Biblia, lo son
para todos nosotros, pero que en este caso, parecen más escasos para los
nobles húngaros que forman el fondo coral de la novela.
El argumento es sencillo. Los días contados se ambienta en
los primeros años del siglo XX y narra la vida de dos primos. El
primero, Bálint Abády, descendiente de una familia acaudalada de la
nobleza terrateniente transilvana, acaba de regresar a Hungría tras una
breve carrera diplomática en el extranjero para presentarse como
diputado al parlamento de Budapest en las próximas elecciones. Su primo,
László Gyerőffy, desciende de una rama familiar menos acomodada que la
de Abády; perdió a sus padres en circunstancias algo confusas y ha
vivido siempre acogido por el resto de su familia. Pese a ser tratado
con cariño, percibe diferencias y rechazos mal disimulados lo que, unido
a su talento artístico, le aleja de la vida de sus parientes
empujándole a su gran pasión la música, a la que desea dedicar su vida.
Castillo de la familia de Miklós Bánffy |
Gyerőffy caerá enamorado de su prima Klara en un amor correspondido pero
que no cuenta con la aprobación familiar lo que le llevará a tratar de
ganarse el respeto de la sociedad por sí mismo y no por la lástima que
inspira la pérdida de sus padres y el deber de hospitalidad que todos
parecen verse obligados a brindarle.
En una fulgurante carrera, que le alejará definitivamente de su ambición
por convertirse en un músico de prestigio, subirá a lo más alto del
reconocimiento social como organizados de importantes actos sociales.
Pero el precio que deberá pagar será muy alto: el amor de Klara que ha
perdido la confianza en su palabra y el control de su propia vida,
sacudida por la necesidad de ganar cada vez más dinero con las cartas
para lograr mantener su trepidante ritmo de vida y huir de la
persecución de sus acreedores. László probará de primera mano la
hipocresía de esa sociedad de apariencias y normas de honor que sólo
sirven para encubrir el deshonor.
Pero no sólo de grandes celebraciones, casinos e hipódromos se nutre la
novela. Los intentos de Abády por modernizar la explotación forestal de
los neveros de su familia, le ponen en contacto con una realidad que
desconocía, la de los pobres habitantes de las comarcas montañosas,
sometidos a la tiranía de los funcionarios locales, el pope y el usurero
de turno.
Paisaje transilvano |
Donde quizá mejor brille el talento literario de Miklós Bánffy es en el
modo en el que sabe entremezclar el argumento con las vicisitudes
políticas, de un modo natural y sencillo pero que da perfecta cuenta de
la relación entre la crisis política y la social que se explican
recíprocamente.
Hungría reconstituyó su relación con Austria gracias al Compromiso de
1867 asegurando un periodo de supuesto respeto mutuo que se fue
deteriorando paulatinamente fomentando las tensiones nacionalistas
húngaras (que a su vez trataba de sofocar y acallar a sus propias
minorías, rumanos fundamentalmente) y a las ambiciones de la Corona de
los Habsburgo que pretendía consolidar su poder en todos sus reinos.
Las desavenencias en el Parlamento entre los partidarios de la ruptura o
quienes tan sólo quieren tensar la cuerda no ocultan la posición de la
minoría de parlamentarios rumanos que ven cómo sus propias
reivindicaciones son olvidadas. Este Parlamento (elegido mediante
sufragio censitario) es un claro ejemplo de cómo la oligarquía húngara
copa los resortes del poder, preocupada por sus propios intereses antes
que por el bien del pueblo al que dice representar.
Parlamento de Budapest |
El estilo literario de Los días contados nos remite a las
grandes novelas clásicas del siglo XIX. Un fresco histórico sobre el que
Miklós Bánffy despliega a sus personajes con sumo esmero. Las
descripciones paisajísticas son una magnífica expresión del amor que
sentía por estas tierras, pero el autor tampoco desdeña el retrato
psicológico, especialmente en el caso de las mujeres, verdaderos
puntales de la estabilidad moral y social. Especial mérito tiene la
construcción que hace de la relación entre Abády y Adrienne, plena de
indecisiones y complejos vaivenes.
El libro ha sido prologado por Mercedes Monmany y traducido muy
esmeradamente por Ëva Cserháti y Antonio Manuel Fuentes Gaviño y no ha
sido hasta fecha reciente cuando Libros del Asteroide lo ha recuperado
para nuestra lengua, después de su publicación original en 1934.
Pero el retraso no ha hecho perder validez al mensaje que hoy debemos
extraer de su lectura. Los tiempos cambian y con ellos lo hacen las
sociedades, no ha habido momento estable y confortable al que podamos
referirnos como una edad de oro añorada. Los nobles de los que nos habla
Bánffy vienen de una época convulsa y se dirigen a otra que los
disolverá. No lo ven, se aferran a una imagen irreal del pasado para
construir su idea del futuro, pero el mundo es sólo para aquellos que
ponen los pies en la tierra y bailan al son de los tiempos. Y esto es,
si cabe, más válido hoy que en los tiempos en que Bánffy escribió Los días contados.
8 comentarios:
Excelente reseña, GWW. No sólo conservas tu capacidad de análisis, sino que te superas con cada una de tus reseñas. Esta me ha parecido simplemente espléndida. Me parece que Asteroide está desarrollando una heroica y loabilísima labor de descubrirnos autores que hasta ahora han estado ocultos para nosotros los españoles, que apenas si hemos percibido retazos de la rica literatura húngara, quizá por problemas de traducción, ya que es una lengua minoritaria, o no sé por qué problemas, el caso es que apenas hay nada de autores húngaros. Hemos de agradecer los esfuerzos por su difusión y colaborar con ella. Como tengo el libro en mi biblioteca a la espera de ser leído, cero que lo voy a coger en breve, animada por tan buena reseña. ¡Un saludo!
Hola Ariodante, ¡gracias por tus palabras! Siempre es bueno saber que estas reseñas encuentran eco.
No tengo dudas de que la novela te gustará. Es muy clásica en cuanto a su técnica pero tiene algo especial, no tengo claro si por la mezcla con la política e historia húngara o por el interés de la trama.
En fin, otra estupenda recuperación del Asteroide que nos acerca a una literatura centroeuropeo de la que, injustamente, no teníamos muchas noticias.
Saludos.
Conste que comento sin haber leído la reseña pero no he podido resistirme porque ¡lo estoy leyendo!
Preparando mi viaje a Hungría comencé a buscar y leer autores de este país. Fue (uno de) mi(s) libros de viaje.
Volveré por aquí cuando lo haya terminado y a ver si me animo y escribo una entrada sobre la literatura húngara
Aprovecho el pie que me da Ariodante para decir que tus reseñas siempre me gustan y me admira tu capacidad de análisis en cada libro.
Lammermoor, gracias por tu comentario y tus palabras.
Espero que te esté gustando la lectura de Los días contados y que pronto compartas con todos tu opinión (y, de paso, algo sobre ese viaje fascinante).
Un abrazo.
Yo viajé a Budapest hace tres o cuatro años, es una ciudad preciosa.
Me encantaría leer esta primera novela, las tramas enmarcadas en la historia siempre me resultan fascinantes.
Estupenda reseña, Gww, un saludo.
Gracias por tus palabras Andromeda. He aprendido bastante de la historia pasada de este país con el libro y me ha dejado ganas para continuar más adelante con la trilogía. ¿Se le puede pedir más a un libro?
Te gustará seguro.
Un abrazo.
vaya que buen post... me gusta mucho como narras las cosas jeje.. aprendi de historia hoy...
Hola Gabri. Gracias por tu comentario. Todo lo que conozco de la historia de este país es gracias a este libro, así que ya sabes.... ¡a leerlo!
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